Un tribunal guatemalteco autorizó la extradición a Estados Unidos del hombre que fue detenido el pasado agosto por su presunta participación en el tráfico de tres migrantes guatemaltecos, parte de los 53 migrantes de México y Centroamérica, que murieron en un tráiler abandonado bajo el calor de Texas en 2022.

Rigoberto Román Mirando Orozco, de 47 años, está señalado en seis cargos por tráfico de personas con resultado de muerte o lesiones. La resolución judicial que autoriza su extradición a Estados Unidos para ser juzgado en ese país es aún apelable.

Al detenido también se le atribuye haber coordinado el intento de tráfico de personas realizado en junio de 2022, que culminó con la muerte de 53 migrantes en Texas.

Miranda Orozco fue detenido el 21 de agosto, junto a seis personas más que serán procesadas en Guatemala. La fiscalía de Texas le atribuye seis cargos por el tráfico de tres personas que fallecieron y una más que resultó herida.

El juez César Amézquita del tribunal que conoce del caso dijo que se han cumplido los requisitos de extradición regulada en los tratados de extradición entre ambos países. El tribunal también ordenó que el teléfono del detenido, que fue incautado el día de su aprehensión, se entregue a Estados Unidos para determinar si existe alguna evidencia de los hechos.

En silencio, sin decir una sola palabra, Miranda salió de prisa y esposado para regresar a la prisión donde está recluido. Un grupo de familiares que llegó a la sala de audiencia dijo que su familiar era inocente.

El 27 de junio de 2022, un furgón con 62 migrantes fue localizado en un área desierta en San Antonio, Texas, abandonado y sin aire acondicionado. Al revisarlo se encontraron los cuerpos de 48 personas, entre las que había al menos 20 guatemaltecos. Hubo algunos sobrevivientes que fueron rescatados y trasladados a centros asistenciales. Días después otros cinco migrantes fallecieron.

Miranda Orozco es señalado como presunto cabecilla de la banda —llamada los Orozcos por el apellido de varios de sus integrantes— y fue arrestado en el departamento guatemalteco de San Marcos, fronterizo con México. Las otras detenciones se produjeron en los departamentos de Huehuetenango y Jalapa.

Tras el hallazgo de los fallecidos en 2022, la AP habló en exclusiva con una de las sobrevivientes, Yenifer Yulisa Cardona Tomas, quien dijo que el consejo de una amiga le salvó la vida. Le había recomendado sentarse cerca de la puerta del furgón para poder respirar por sus diminutas rendijas.

Cardona, que entonces tenía 20 años, dijo que los “coyotes” — como se conoce a los traficantes de personas que se contratan para viajar a Estados Unidos — les quitaron los celulares y rociaron el piso del furgón con especias — creía que con consomé de pollo — para que los perros no detectaran su presencia. “Eso picaba mucho en el cuerpo”, recordó.

Según el relato de Cardona, hacía mucho calor y la gente, al verse abandonada, se agolpaba en las puertas.

“La gente estaba gritando, algunos lloraban. Sobre todo las mujeres pedían que se detuviera y abrieran las puertas porque el camión estaba caliente y no podían respirar”, recordó.

“La gente pedía agua. A algunos se les terminó. Otros sí cargaban”, dijo Cardona, quien pasó ocho días internada en un hospital.

La policía estadounidense detuvo posteriormente al conductor y otras tres personas de origen mexicano como responsables de la muerte de los migrantes.



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