Mauricio Pochettino no había previsto irse a otro continente.

Su nombramiento como técnico de la selección masculina de Estados Unidos no asomaba en sus planes cuando el argentino firmó un contrato de dos años con Chelsea la pasada temporada para regresar a la Liga Premier.

Pero el fútbol es una industria inestable y Estados Unidos aprovechó la inesperada disposición de un entrenador de primera línea, quien aún tiene mucho que demostrar tras haber estado al frente de varios clubes de prestigio.

“Contratar a Mauricio es un paso adelante en nuestra misión de competir al más alto nivel y dejar una huella en el mapa global del fútbol”, dijo JT Batson, el director ejecutivo de la Federación Estadounidense de Fútbol. “Mauricio entiende el singular potencial de este equipo y este país, y comparte nuestra convicción de que la selección de Estados Unidos está cerca de algo realmente especial”.

Pochettino se muda a Estados Unidos tras haber dirigido a Tottenham, Paris Saint-Germain y Chelsea. Su nombre llegó a sonar como candidato para conducir a Manchester United, Real Madrid e Inglaterra. Ese era la órbita donde se le mencionaba y es por eso que contratarle para reemplazar a Gregg Berhalter es visto como un gran golpe para Estados Unidos.

Y se produce justo cuando Inglaterra busca nuevo seleccionador, y se vislumbran plazas abiertos en el United y Manchester City en los próximos 12 meses.

En vez de esperar — como hizo durante 12 meses entre PSG y Chelsea — Pochettino regresa al banquillo tras marcharse del Stamford Bridge, asumiendo el proyecto de dirigir a la anfitriona Estados Unidos en el Mundial de 2026.

Es una decisión audaz y que sorprende de cierto modo. Una que probablemente acabe sin un título y que no le garantiza volver al fútbol de clubes en el nivel al que está acostumbrado.

Jurgen Klinsmann, quien dirigió a Alemania y Bayern Múnich, aceptó una oferta de Estados Unidos y después acabó al frente de Hertha Berlín y Corea del Sur.

“No es únicamente una cuestión de fútbol para mí, lo importante es el recorrido en que están este equipo y este país”, dijo Pochettino.

Estados Unidos le ofrece a Pochettino de ser el líder de un proyecto que tiene al próximo Mundial como objetivo. Lo hace tras su paso turbulento con el PSG y Chelsea, dos clubes con reputación de ser trituradoras de técnicos debido a la constante exigencia de títulos.

Pochettino, de 22 años, fue despedido por el PSG pese a que ganó el título de la liga francesa en su única temporada completa en el club. En Chelsea, sólo cumplió uno de sus dos años de contrato en medio de la caótica gestión de los codueños Todd Boehly y Clearlake Capital, que se han gastado aproximadamente 1.300 millones de dólares en 39 jugadores y cuatro distintos entrenadores permanentes desde que tomaron el control en 2022.

Después de esas experiencia, Pochettino seguramente valorará la estabilidad en Estados Unidos en un vibrante periodo para el fútbol en ese país: rumbo a un Mundial y la creciente popularidad de la MLS tras el fichaje de Lionel Messi con el Inter Miami.

¿Qué puede esperar el fútbol estadounidense de Pochettino?

“Hay muchas cosas que debemos cambiar… sencillamente en la mentalidad y cultura del grupo. Creo que tenemos la calidad y espero que eso sea lo primero que cambie”, comentó el delantero estadounidense Christian Pulisic.

En Southampton y luego con Tottenham en la Liga Premier, Pochettino se ganó una reputación por su capacidad para desarrollar jóvenes talentos.

Varios jugadores desconocidos en Southampton acabaron en otros grandes de Inglaterra tras ser dirigidos por Pochettino. Adam Lallana, Dejan Lovren y Rickie Lambert acabaron Liverpool. Luke Shaw y Morgan Schneiderlin pasaron al United.

Harry Kane, Son Heung-min, Dele Alli y Kyle Walker surgieron y se establecieron bajo su conducción en Tottenham.

Su nueva misión será exprimir el potencial del talento de Pulisic, Weston McKennie, Gio Reyna y Timothy Weah.

Después de la decepcionante eliminación a las primeras de cambio en la Copa América, Pochettino asume las riendas de un equipo a los tumbos.

Alguien simpático, quien, en su mejor versión, logra que los jugadores y aficionados sigan su visión, la primera tarea de Pochettino será más de levantar la moral que el nivel de juego.



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